Una historia de amor nace y crece de diferentes formas. A
veces, una historia de amor surge a raíz de un flechazo inicial, por ejemplo,
este tipo de historias suelen producirse con frecuencia en el ambiente nocturno
de una discoteca al ritmo de la música y la magia que proporciona la noche. Sin
embargo, una historia de amor también puede nacer a partir de la amistad.En
este tipo de casos, el amor crece de manera gradual desde el cariño. En este
sentido, el sentimiento va en aumento en la medida que conoces a la otra
persona. Comienzas a valorar su compañía, disfrutas el tiempo que pasas con esa
persona y que por lo general, se te pasa muy rápido. Los sentimientos no tienen
unos límites claros y precisos en este sentido.
De normal cuando una historia surge a partir de un flechazo,
el ser humano siente una gran atracción física inicial mientras que el
conocimiento de la persona es posterior. Por el contrario, cuando dos amigos se
enamoran sufren el proceso inverso: primero se conocen y después, comienzan a
verse de diferente forma desde el punto de vista de la atracción entre ambos.
Existe un temor universal que es inherente a dos amigos que
se enamoran: tienen miedo de perder la amistad si su historia de amor no tiene
un final feliz. En este sentido, conviene precisar que es un riesgo inevitable
puesto que a veces, dos personas pueden ser excelentes amigos pero ser
incompatibles como pareja.
Está claro que quien no arriesga no gana y siempre es mejor
equivocarte antes que pasar toda tu vida arrepentido por pensar en qué hubiese
pasado en caso de arriesgar.
Además, siempre es posible recuperar la amistad con el paso
del tiempo y la curación de las heridas puesto que la madurez implica
comprender la situación con objetividad y los sentimientos del otro.
El amor que tiene como base la amistad es más estable,
sereno y maduro puesto que el sentimiento siempre es mejor cuando existe
también la complicidad propia de dos amigos que se conocen desde hace tiempo.
una hermosa canción